Cuando estás en el trabajo, ¿Te siente frustrado porque las cosas no parecen estar sucediendo como se supone que deben ser? Ves gente dando vueltas, pero nada se logra. Y en el ajetreo y el bullicio diarios, ¿sientes que tus objetivos siguen siendo solo eso: objetivos? Entonces tal vez sea hora de que te pongas de pie y hagas algo al respecto.
La mayoría de la gente se contenta con quedarse de pie escuchando órdenes. Y no es inusual adoptar una mentalidad de seguir al líder. Pero tal vez, en algún lugar dentro de ti, sientas el deseo de hacer que las cosas sucedan, de ser la cabeza, no la cola. Entonces tal vez el liderazgo te quede bien.
Algunas personas creen que los grandes líderes se hacen, no nacen. Sí, puede ser cierto que algunas personas nacen con talentos naturales. Sin embargo, sin práctica, impulso, entusiasmo y sin experiencia, no puede haber un verdadero desarrollo en el liderazgo.
También debe recordar que los buenos líderes están continuamente trabajando y estudiando para mejorar sus habilidades naturales. Esto requiere el compromiso de mejorar constantemente en cualquier esfuerzo que elija una persona.
Empecemos por definir el liderazgo. Para ser un líder, uno debe ser capaz de influir en los demás para lograr una meta o un objetivo. Contribuir a la organización y a la cohesión de un grupo.
Al contrario de lo que la mayoría de la gente cree, el liderazgo no se trata de poder. No se trata de acosar a las personas o conducirlas utilizando el miedo. Se trata de alentar a otros hacia la meta de la organización. Es poner a todos en la misma página y ayudarlos a ver el panorama general de la organización. Debes ser un líder, no un jefe.
En primer lugar, tienes que conseguir que la gente te siga. ¿Cómo se logra esto?
Las personas siguen a otros cuando ven un claro sentido de propósito. Las personas solo te seguirán si ven que sabes a dónde vas. ¿Recuerdas esa pegatina para el parachoques? ¿El que dice no me sigas, yo también estoy perdido? Lo mismo es válido para el liderazgo. Si usted mismo no sabe hacia dónde se dirige, es probable que la gente no lo siga en absoluto.
Usted mismo debe conocer la visión de la organización. Tener un claro sentido de la jerarquía, saber quiénes son los jefes, con quién hablar, las metas y objetivos de la organización y cómo funciona la organización es la única manera de demostrar a los demás que sabe lo que está haciendo.
Ser un líder no se trata de lo que haces que otros hagan. Se trata de quién eres, lo que sabes y lo que haces. Eres un reflejo de lo que deben ser tus subordinados.
Los estudios han demostrado que otra base de un buen liderazgo es la confianza que sus subordinados tienen en ti. Si confían en ti, pasarán por un infierno y aguas altas por ti y por la organización.
La confianza y la seguridad se basan en buenas relaciones, confiabilidad y alta ética.
La forma en que trata con su gente y las relaciones que construye sentarán las bases para la fortaleza de su grupo. Cuanto más fuerte sea su relación, más fuerte será su confianza en sus capacidades.
Una vez que tenga su confianza, ahora puede proceder a comunicar las metas y objetivos que va a emprender.
La comunicación es un factor muy importante para un buen liderazgo. Sin esto, no puedes ser un buen líder. El conocimiento y la experiencia técnica que usted tiene deben transmitirse claramente a otras personas.
Además, no puedes ser un buen líder a menos que tengas buen juicio. Debe poder evaluar situaciones, sopesar los pros y los contras de cualquier decisión y buscar activamente una solución.
Es este juicio en el que sus subordinados llegarán a confiar. Por lo tanto, una buena toma de decisiones es vital para el éxito de su organización.
Los líderes no son héroes que lo hacen todo. No debe pretender saberlo todo y no debe confiar únicamente en sus habilidades.
Debes reconocer y aprovechar las habilidades y talentos que tienen tus subordinados. ¿Solo cuando te des cuenta de esto podrás trabajar como una unidad cohesiva?
Recuerda que ser líder requiere mucho trabajo y tiempo. No se aprende de la noche a la mañana. Recuerda también que no se trata sólo de ti. Se trata de ti y de las personas que te rodean. Las habilidades y la mentalidad se puede desarrollar con la ayuda de un Coach que te permita darte cuenta de dónde estás en cada habilidad y a dónde puedes llegar para ser un Líder ideal.
Si consideras que yo le puedo ayudar no dude en escribirme un mail: gfarfinengo@gmail.com
Entonces, ¿tienes el impulso y el deseo de saber que se requiere de los líderes? ¿Tiene el deseo de trabajar en cooperación con un Coach?
Entonces empieza ahora. Toma acción y sé un líder hoy.
Gianfranco Arfinengo
Coach de Vida y Ejecutivo
+51 995 641 938